martes, 6 de abril de 2021

Basado en...

 

Texto inspirado en la foto de @mar.mistura

El misterio de la avenida

Aquel antiguo chisme de verdulería que mutó en comentario de esquinas, es hoy casi una leyenda barrial.

Aquel letrero que dice mucho sin dar hacia ninguna vereda y que ya nadie recuerda quién lo puso en su lugar.

Es más, solo se mira de frente con aquella enamorada del muro que cubre medio patio de la abuela Leonor.

"El misterio de la avenida" se aventuraron a llamarlo esas vecinas pillas que lo relojean desde el balcón.

Y como toda vecina nueva, haciendo humo de la leyenda, estas pillas vendían su conocimiento al mejor postor.

Ellas decían saber qué era lo que escondía aquel cartel de letras blancas y fondo azul. "Av. Génova" enunciaba dando al patio de la Leonor.

Lo que nunca nadie imaginó, es que la enamorada del muro y la abuela tenían escondida la posta y gracias a la magia de las historias se las voy a contar hoy.

Cuando era joven la hermosa Leonor, la época sepia y rígida no le permitió vivir abiertamente sus impulsos de amor.

Con su amante escondida bajo la enredadera, enamoradas del muro enredaban su pasión.

Clandestinas, prohibidas, calientes y dignas de perdición, se amaron hasta que la vida de mierda las separó.

A los meses ese cartel, bajo la enredadera apareció y para sellar la clandestinidad, fue la propia Leonor la que lo colgó.

Las vecinas pillas, el rumor de verdulería y los chismes de balcón, miran el cartel y leen Av. Génova sin dirección.

Cuando en realidad significa, dicho por la propia abuela, "Acá Vivió Génova"... Que fue su primer y clandestino amor.



domingo, 21 de febrero de 2021

Quién?

 

21/02/21

Si hay alguien que verdaderamente

nos acompaña durante toda nuestra vida,

ese alguien es la Muerte.




viernes, 29 de enero de 2021

mi humilde opinión

29/01/21

Escuchame, llegué hasta acá sin tu opinión,

Que te hace pensar que ahora la necesito.

 

***

La opinión se pide

Los consejos también

Como mucho, estos últimos se ofrecen.

Evita pasar malos momentos.


***

No confundas opinión con consejo

Es mi consejo.




sábado, 23 de enero de 2021

Verdadera obligación

23/01/21

Es tu obligación individual aprender a discernir

en esta época de cinismo explícito.

No es la de ningún ente gubernamental.

Si no asumís tu responsabilidad, en verdad estamos en problemas.




Nuevos problemas

21/01/21

Qué difícil distinguir qué es real y qué es mi propia ficción.

Sobre todo, este último tiempo donde toda comunicación es virtual.

Tanta pantalla y redes sociales contra tan poco contacto corporal.

Qué difícil se hace distinguir ficción de realidad.




domingo, 17 de enero de 2021

Instantes

17/01/21

Me gusta la soledad, pero cuando la elijo.

No cuando la vida me la impone.




17/01/21

Estuve sentado en el parque toda la tarde

y me sentí invisible. No me gustó.

¿Será por eso mi necesidad permanente

de motorizar proyectos?

 




lunes, 23 de noviembre de 2020

Basado en...

Texto inspirado en la foto de @claudia.hass

El poder del descuido o de la distracción.

Más que nunca queda claro que para dejar huellas solo se necesita una acción.

Ni siquiera es necesaria la voluntad de querer dejarla ni la consciencia sobre el hecho en sí.

Huellas... Marcas que logran trascender el descuido.

Químicamente seducidas por el óxido para perdurar, mutar, marcar, sellar.

Químicamente seducidas por el agua, el aire, un ojo, una mano, para mutar en belleza en estado de sagrada putrefacción.

¿Qué vemos acá?

Huellas de una humanidad que sintetizan su evolución (sucia, rota, vieja, de mugre ancestral) vistas por algún visitante lejano que cayó por acá, víctima del descuido o de la distracción.




Basado en...

 

Texto inspirado en la foto de @claudia.hass

Dilema de los Dioses

¿Cómo llegar al humano, al simple mortal?

¿Cómo agradar sin ser rechazados?

(ni a los Dioses les gusta el rechazo)

La estética usada para manipular gustos y deseos.

La belleza al servicio de engaños celestiales.

¿Qué vemos acá?

Cronos jugando en los talleres del Olimpo, intentando encontrar el nuevo disfraz para su verdadero y cruel sentido...

Abajo... Nosotros sedientos, esperando deseantes su última oferta para seguir sin tener que ver el inevitable final.



domingo, 15 de noviembre de 2020

Algunos tiempos verbales

(14/11/20)

Yo intento comunicarme

Tu intentas comunicarte

Ellos intentan comunicarse

Todos intentamos comunicarnos

 

¡Comuniquémonos y Ya!    


 






jueves, 15 de octubre de 2020

Todo el mundo

 

(15/10/20)

Todo el mundo cree que cuando anda por la calle todo el mundo lo mira,

Pero como todo el mundo cree eso, nadie mira a nadie.

En realidad, en la calle, todo el mundo solo se mira a sí mismo.

 

Todo el mundo cree que en las redes sociales todo el mundo lo sigue,

Pero como todo el mundo cree eso, nadie sigue a nadie.

En realidad, en las redes sociales, todo el mundo solo se sigue a sí mismo.

 

Todo el mundo cree que cuando habla por ahí todo el mundo lo escucha,

Pero como todo el mundo cree eso, nadie escucha a nadie.

En realidad, donde sea que se hable, todo el mundo solo habla para sí mismo.

 

Todo el mundo quiere que todo el mundo lo quiera,

Pero como todo el mundo quiere eso, nadie quiere a nadie.

En realidad, todo el mundo solo mendiga afecto para sí mismo.

 

Todo el mundo quiere que a todo el mundo le importe lo que le pasa,

Pero como todo el mundo quiere eso, a nadie le importa nada.

En realidad, todo el mundo solo quiere imponer su importancia.

 

Todo el mundo espera que todo el mundo contemple sus problemas,

Pero como todo el mundo espera eso, nadie contempla nada.

En realidad, todo el mundo solo contempla los problemas propios.


Todo el mundo se cree el ombligo del mundo,

Pero como todo el mundo cree eso, no existe mundo sino ombligos.

En realidad, para seguir vivos, todo el mundo debería cambiar ombligo por mundo.





viernes, 2 de octubre de 2020

en luna llena

 

(01/10/20)

Otro, otra, alguien, algo.

Todos los demás.

Nosotros…

Vínculo fundado en la sanación

sin que lo supiéramos hasta muchos años después.

 

Aunque para sanar, el camino fue nadar en heridas,

en vacíos, en los golpes de allá atrás.

A veces maquillado de Amor

muchas otras solo por Amor.

Siempre el Amor en los vínculos fundados en la sanación.

 

Problemático, hiriente a primera vista

aunque solo era espejo del interior.

Problemático, hiriente, doloroso,

pero un gran sanador.

Y esta vez es real:

no sos vos, soy yo

no soy yo, sos vos.

Espejo.

Aquel reloj colgante que nos unió.

 

Ojalá que podamos celebrar más adelante

el haber sanado los dos

aunque tengamos las rodillas ardiendo

y los codos todavía peor.

 

El objeto es un antiguo reloj colgante.

Péndulo que nos espeja no solo dolor.

En él el tiempo avanza, pero a un pulso hipnotizador.

No perdona mientras señala más de una dirección.

 

Sostenido por su cadena

nunca se detiene nuestro reloj.

En él el tiempo avanza

y en su vaivén no parece tan tajante

ni tan sanador.

Pero el tiempo es tiempo más allá de su reloj.

 

Espero que no se detenga ahora

después de haber pagado el costo.

Espero que hora no implique perdernos

por el hecho de haber sanado un poco.  

 



 

sábado, 29 de agosto de 2020

de madrugada

(29/08/20)

Un extraño regalo original que tenemos los seres humanos es el hecho de no tener depredador natural. Al no tener esa amenaza externa jamás desarrollamos el verdadero instinto de supervivencia colectivo que haría que nos viéramos como una única raza y nos defendiéramos y cuidáramos como tal. Pequeño inconveniente ¿no? Pero como somos una raza de todas maneras, los instintos buscan manifestarse inevitablemente. Por eso desarrollamos depredadores y depredados puertas adentro. De la única manera que aceptaríamos unirnos es ante un ataque del más allá así que, hasta que algo así no suceda, seguiremos aniquilándonos entre nosotros sin remedio. Al fin y al cabo, somos más básicos y primitivos que el resto de las razas de que habitan el planeta.




sábado, 15 de agosto de 2020

Poco tacto

 

(15/08/20)                05:22 am

Necesito que me toque, de esa manera que solo ella sabe hacerlo.

Necesito que me apriete, con los muslos, con los brazos, con sus manos, boca abajo o al revés. Necesito que me inmovilice para dejarme hacer.

Necesito que me aplaste, con todo su cuerpo sin pensar en mí, en movimiento o quietud, en el antes o el después.

Necesito que me rasguñe y que en un tiempo acaricie esa cicatriz.

Necesito cerrar los ojos y sentir su dedo marcando recorridos nuevos entre cada lunar.

Necesito que me muerda, ahí donde no me veo ni me llego a atajar.

No tiene nada de malo necesitar. ¿Verdad?

Necesito tocarla, apretarla, aplastarla. Necesito rasguñarla y volverla a dibujar.

Necesito clavarle mis dientes para volverla a besar.

Necesito inmovilizarla y dejarla volar.

Necesito que me saque de encima y dejarme caer para que podamos recuperar.

Y ni hablar de reír, gemir, gritar. Mirarnos y después callar.

Qué poco tacto el mío, ¿verdad?

Andar gritando mi necesidad.




Entre Fake News & la Posverdad

25/07/16 

El Asesino acusa de asesino al inocente,

El Mentiroso acusa de mentiroso al sincero,

El Corrupto acusa de corrupto al honesto,

y el Ladrón acusa de ladrón al que jamás infringe.

 

El Satisfecho acusa de satisfecho al insatisfecho,

El Rico acusa de rico al pobre,

El Incoherente acusa de incoherente al coherente,

El Sucio acusa de sucio al que no huele.

 

El No Creyente acusa de no creyente al que cree,

El Conservador acusa de conservador al que crece,

El que le Sobra acusa de que le sobra al que no tiene

y el Sumiso no acusa porque no puede.

 

El Infectado acusa de infectado al inmune,

El Enfermo acusa de enfermo al sano,

El Desagradable acusa de desagradable al que agrada

y el Infeliz de oficio acusa al que sonríe.

 

El que Odia acusa de odiar al que Ama,

El que Ríe acusa de reír al que llora,

El Ciego acusa de ciego al que mira

y la Asfixia acusa de Libertad al que respira.

 

El que Tiene acusa de tener al que carece

y el Hipócrita, si no acusa se resiente.

El Terrorista acusa de terrorismo al que ama el mundo

como el Apocalipsis acusa de apocalipsis al Génesis.

 

La Muerte acusa de muerte a lo que nace.

El Perseguidor acusa de perseguidor al perseguido.

El Desconsiderado acusa de no considerar al que considera

como el Opresor acusa de opresor al oprimido.

 

Pero lo más Nefasto es la del Inteligente

que acusa de Conspirador al Ignorante,

y mientras el ignorante lo transforma en verdad

el Encierro acusa de encierro a la Libertad.




viernes, 14 de agosto de 2020

Me gusta

(13/08/20)

Me gusta imaginar por dónde va la sombra de la gente que me provoca admiración. 

Así después la caída es menos brusca para ambos.



Sin dejar de temblar

(11/08/20) 

¿Qué es soltar? ¿Cómo se aprende a soltar? ¿Cuándo se sabe que uno realmente logró soltar? Cuando deja de extrañar? Cuando el olvido queda en primer lugar? Y sentir eso me asegura que es la señal? ¿Cuándo se pudo soltar? Cuando la panza dejó de tironear? Cuando la bronca dejó de gritar y el hígado dejó de empujar? ¿Cómo se aprende a soltar? Sacándola de la mente porque ya es una necesidad? Cuando los recuerdos que duelen empiezan a descansar? ¿Cuándo logra uno soltar?

Cuando al fin uno se pone a recordar y aquellos instantes no dejan de brillar, y uno se puede acercar, los puede mirar, los quiere tocar y los logra abrazar?

Creo que uno logra soltar cuando puede aceptar su felicidad, cuando puede amar lo que vivió sin patalear, cuando los recuerdos te hacen ablandar, pero sin la necesidad de querer volver para atrás.

Creo que uno logra soltar, cuando puede caminar con todo aquello adelante de los ojos sin que te logre encandilar.

¿Será eso soltar? ¿Recién ahí uno logró soltar? ¿Se sentirá la seguridad?

Al fin y al cabo, ni el paso del tiempo lo puede confirmar…

Lo único que yo me animo a afirmar, es que más allá de todo, uno nunca tiene que dejar de caminar…



Por eso...

(11/08/20)

¿Por qué hoy nos angustia tanto tener que comunicarnos con los otros solo a través de una pantalla si cuando podíamos, en presencia, igual lo hacíamos con nuestra versión de esos otros?

Por el cuerpo. Por la falta de cuerpo. Porque más allá de todo, el cuerpo siempre es el del otro.





en época de contagios

(08/08/20)

El impulso de Hacer contagia.

La picaría está en saber a quién contagiamos (con los inmunes, bien gracias)

Entre los contagiados, están los que van a usar ese Hacer para que sigas tu impulso a pesar de todo, y los que van a Hacer de todo para que no sigas tu impulso.

Es tu responsabilidad. Atenti…




Hacerse cargo

(07/08/20)

Somos tan egocéntricos que llamamos Fin del Mundo a la irrelevante Extinción de nuestra especie. Necesitamos imaginar el planeta explotando o deteniéndose para no sentirnos lo que somos: insignificantes.

El planeta se nos ríe.

Solo somos el peor de sus parásitos.




Clave

 (02/08/20)

La clave de todo lo que le llega a uno está en saber de quién viene.

Y qué nos está enseñando. 




Sentimientos Salmón

 (31/07/20)

¡Qué paradójico!

En momentos donde el mundo entero reclama cercanías, nosotros, con todas las posibilidades al alcance de nuestras manos, elegimos la extrema lejanía.

Solo espero que sea parte necesaria de nuestra alquimia.

 

 

(02/08/20)

Si extrañas, hubo Amor.

Recorda alguna vez en que se miraron a los ojos por más de treinta segundos. En esos instantes hay conexiones en múltiples planos. Quizás todavía no estén tan lejos.

Pero si no hubo de esos instantes, lo que te toca es aprender a soltar.





Intereses enredados

(24/07/2020)

Observo cómo ante esos momentos que nos regala la vida que consideramos únicos, nos esforzamos en dejarlos registrados en dispositivos para que perduren en el tiempo sin darnos cuenta que, por elegir esa acción y no permitirnos vivirlos en el cuerpo, automáticamente los perdemos y los convertimos en ajenos.

¡Qué confundidos que estamos! 






Conociendo nos

(22/06/2020)

Uno también arma su realidad selecta dejando afuera lo que no le gusta. Y con esa realidad creemos que vamos a cambiar el mundo. Creo que no.

En el fondo no es tan diferente a las demás realidades que consideramos nocivas.

 

 

(11/07/20)

Si queres conocer a alguien, cuando vayas donde vive o donde pasa la mayor parte de su tiempo, mira su biblioteca.

Si no tiene o no la encontrás, también le estás conociendo.





Entre meses

(25/05/2020)

El aislamiento exaltó, entre otras cosas, el amor.

Hoy me desperté y me di cuenta que extraño hacer cosas por los demás.

 

 

(20/06/2020)

Conozco muy bien este lugar, aunque muy pocos me conocen.

Y a los que creen conocerme les digo, ni yo mismo me conozco.


...

En cuarentena

(04/05/2020)

Lo que realmente me gustaría que sucediera cuando ya no esté en este plano es que siempre que se junten los interesados en recordarme surja la pregunta:

¿Qué hizo por vos?

Y que todos ellos tengan una respuesta.




...

Desconexión (soledad)

 

(03/05/2020)

hay tanta distancia en nosotros que nos somos desconocidos. estamos tan escindidos de nosotros mismos que todo el tiempo nos buscamos proyectados en los demás. o sea, que ese otro capta mi atención no por su singularidad sino porque veo algo mío que no tengo. es muy difícil conocer al otro verdaderamente, darle espacio a él mismo, darnos el espacio de él mismo sin antes reconocer qué carencias me representa y que ausencias le estoy proyectando.

En tiempos de redes sociales, de fotos de perfil, de oceánicas cantidades de imágenes planas, estemos atentos a la fascinación porque esos no son ellos sino un simple, pero no poco complejo, espejo.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Me pregunto

¿Cómo es el Amor en estos tiempos?
Donde la crisis que se expande en cada rincón del mundo es vincular.
Es producto de la no comprensión profunda del entramado poderoso que me vincula con el afuera, llamado otros seres humanos, medio ambiente, espacio estelar.
¿A qué responde nuestra necesidad de complementarnos en otros cuando el Amor ya es una palabra con carga desconocida para casi todos?
Y si ya se asomara una nueva corriente de Amor y de Amar ¿podríamos aceptarla? ¿Podríamos verla y dejarla correr?

Yo no lo creo… hoy hay demasiada miseria cubriendo todas las capas más superficiales y visibles del ser humano.

miércoles, 3 de agosto de 2016

Crónica Subte

Domingo 11 de Noviembre de 2012.

Hay momentos donde siento que tengo una cantidad importante de energía estancada en algún lugar. Trabada. Que naturalmente va a buscar salir por algún lado. En ese estado se me presentan dos caminos posibles: o explota por el camino del mal humor o la violencia usando cualquier excusa o motivo cotidiano, tenga este que ver o no; o siento la necesidad de enfrentarme a algo que me genere un nivel de exposición proporcional a la magnitud de la energía trabada. Muchas veces me toma el primer camino y me doy cuenta después de la explosión. Pero este domingo elegí por el segundo.
Decidí caracterizarme de viejo vestido con capa, galera y bastón para tomarme el subte e ir a caminar por avenida corrientes y volver.
Cerca de las cuatro de la tarde empecé a preparar los elementos en casa y ya empezaron a suceder cosas en el estomago. No tenía muy claro lo que iba a hacer, solo que estaba decidido a hacerlo y fundamentalmente, que era solo (1). Empezar a reparar en los detalles le fue dando cuerpo y realidad a esto que empezaba a hacer sus efectos. Esa energía trabada ya se estaba agitando e impacientando, ¿hacia dónde iría? Galera en su caja del 1800, zapatos plateados, cinto de cuero, camisa de mujer de mangas tipo princesa, bastón y corbatín de frac para el cuello. Caja con maquillajes y en el espacio de arte me esperaban el chaleco y el pantalón que completaban los elementos.
Entro al espacio y noté que el ritual ya había empezado desde casa y sin presiones externas, dejé que corra el pulso que se presentaba, sentí que el afuera, el adentro y el tiempo modificaron la atmósfera, ninguna otra cosa merecía mi atención.
Empiezo de a poco poniendo conciencia a cada movimiento, pequeño o no, al sacarme la ropa que tenia puesta y una más sutil atención al ponerme la ropa y cada accesorio del personaje. Fue interesante sentir como esta energía trabada ya no buscaba tozudamente explotar hacia cualquier lado sino que se iba ablandando y re ubicando en cada acción, en cada nuevo accesorio que me ponía en el cuerpo. Pero lo verdaderamente fuerte sucedió cuando me paré frente al espejo y empezó el proceso de maquillaje. Hasta ese momento era yo, la máscara que tenía puesta era la de mi personalidad, el grillo que podía parecer simplemente disfrazado pero todo me llamaba a ir más allá. “Escucha” es todo lo que se me ocurrió hacer.
Me puse base y con el lápiz negro en la mano esperé a que algo aparezca. Adentro se me agitó todo y cada rasgo, arruga o tensión que aparecía en la cara producto de ese agite lo marcaba como rasgo y así fue que, desde adentro hacia afuera, la máscara del grillo iba dejando que apareciera esta, una desconocida pero profundamente familiar. Sin juicio sobre la calidad energética del personaje que aparecía estaba Feliz de estar viviendo ese momento (2). Hasta que calzó.
  1. El que fuera solo no es un detalle menor. El juicio y la mirada de decenas de personas desconocidas sobre mí, durante la experiencia, intensifican el nivel de exposición. Solo la mirada de un acompañante conocido sobre mí durante la experiencia me convoca tantos otros contenidos que debilita en su totalidad el objetivo de la experiencia.
  2. Digo calidad energética porque en este personaje se manifestaron varios lugares bajos y densos de mi interior. Energías que en otro marco trataría de no dejarlas salir o me pelearía para dejar de tenerlas.
Fue muy claro el momento donde estuvimos listos para salir a hacer esta pequeña locura a la calle. Pero no nos sentíamos solos, el personaje me tenía a mí y yo lo tenía a él. No necesitábamos a nadie más. Ahí empecé a registrar lo sanador de la experiencia, lo reconciliadora que podía llegar a ser. Pero todavía teníamos que salir a la calle. Paisaje que podía hacerme tomar aquel primer camino que estaba al asecho esperando un descuido. Cuando todo estuvo listo empecé a caminar en el espacio para que el cuerpo se empape de esta mascara, de estas nuevas tensiones, de esta forma de mirar el mundo y el cuerpo se fue modificando.
Pero también empezó en este momento, por la presión y la adrenalina de salir a la calle, una pelea interna contra esta energía trabada. Fue acá donde TODA esa energía pasó a ser protagonista y se trasladó a la parte más superficial del cuerpo. Las pulsaciones subieron, empecé a transpirar, las piernas y los brazos temblaban y todo me llevaba a paralizarme para no hacerlo. Sentía como se resistía a ser re direccionada hacia una acción ritual y no hacia algo destructivo. No fue nada fácil salir. Caminé varias veces el pasillo y cuando llegaba a la puerta no podía abrirla y me volvía. Notaba como la energía tomaba atajos y me empezó a generar culpa sobre una supuesta obligación autoimpuesta de hacer bien y completa la experiencia. Nada más alejado a mi primer impulso. Entonces, respiré y cuando me dije en voz alta que si la experiencia llegaba hasta ahí estaba bien y que no tenía ninguna obligación de hacerla salvo que sea para divertirme y transformar algo dentro mío, fue cuando abrí la puerta y al instante estaba parado en la vereda.
Cerrar la puerta, los primeros pasos, las primeras personas con las que me crucé y hasta las primeras cuadras antes del subte fueron fundamentales. Los tembleques lejos de ir aliviándose se intensificaron al punto que no podía distinguir quién era el que miraba por mis ojos, él o yo. Aquello que se había calzado estada endeble. Ante esto el primer mecanismo de defensa, ya que el volver al espacio estaba descartado, fue armar como una especie de campo alrededor mío que me proteja, que me desconecte absolutamente de los peligros y los imprevistos del exterior, de la gente y de lo que a ellos le generaba verme. (3) No! Seguí caminando a pesar de todo. Busqué hacer tierra, atendí a mi respiración, abrí un poco la mirada y con un registro de juego, picardía y amor dije en vos alta: “Viejo, este es tu viaje”. Y este personaje, este viejo denso y malhumorado que sin planteármelo necesitaba reconciliar de mí, sin cambiar un solo rasgo de dureza en la cara se dispuso a jugar conmigo. Y lo dejé, y me corrí y así fue como hicimos la última cuadra antes de la boca del subte. Busqué dinero en mi bolsillo y paradójicamente registré que, después de todos los umbrales y puertas que ya habíamos pasado para llegar ahí, el viaje todavía no había empezado. Ja.
Ya con el cuerpo calzado sin tener que pensar en sostener nada fui a la boletería a sacar mi pasaje. El boletero, los primeros ojos que me miraron a los ojos, hizo el servicio de conectar aquel afuera con mí adentro y lejos de quedarme con las rarezas y las incomodidades empecé a mirar y a percibir todo lo que podía nutrir este viaje a esta experiencia.
  1. Al quedar tan expuestas mis estructuras en este tipo de experiencias y al no poder generar parálisis, buscan adaptarse a la fuerza. Boicot. Al hacerme impermeable al afuera la experiencia se transforma en energéticamente centrípeta. De ahí se alimenta el ego y son escasas las posibilidades de transformación.
Hermosos registros ver por primera vez un molinete, un ascensor, un televisor y una escalera que sube sola. Llega el tren, me subo y fue fuerte el primer impacto visual y energético con tanta gente junta. Obviamente que como respuesta a ese impacto buqué un asiento alejado de las puertas. En la punta del vagón. Otra vez tratando de proteger las estructuras pero por lo menos esta vez desde el personaje y permeable con el afuera. Sentado me sentí seguro y empecé a notar, dentro de las mil cosas que pasaban por segundo entre la gente que subía y bajaba del vagón, que este movimiento me estaba demandando mucha energía y que todo lo lejos que me valla es lo largo de la vuelta. Como me propuse sostener el trabajo hasta volver al espacio, es que decidí no bajar del tren y hacer ida y vuelta el recorrido del subte.
Cuando llegué al final del recorrido de ida me levanté y me senté en el medio del vagón cosa que todo aquel que suba en la vuelta me vea y así redoblar la apuesta. Ya me sentía cansado pero a cada minuto más aliviado, las pulsaciones se fueron normalizando y cada vez tenía más registro del cuerpo. Estaba cada vez más Presente. Entonces me propuse jugar a las estatuas y cambiar de posición en rio muy lento cada dos estaciones. Así fue la vuelta, divertida y casi grotesca porque afuera el gesto de este viejo era durísimo pero por dentro se comenzó a divertir muchísimo con el paso de las estaciones. Hasta que unas estaciones antes de llegar la dureza de su cara se vio partida (porque esa era la sensación, de rajarse) por una leve media sonrisa. Por ahí imperceptible por el afuera pero contundente para el adentro. (4)
Casi como con una despedida intima me paré para esperar que la puerta se abra en la estación donde me bajaba. La gente del alrededor muy atenta. Bajo y caminando noto que mí caminar se había modificado, caminaba más erguido, como ancho y con la sensación de tener el pecho más blando. Con la sonrisa sostenida salgo por la escalera fija a la calle.
En la vuelta al espacio parece que algo se relajó porque empezaron decenas de discursos a tratar de no dejarme cumplir con mi objetivo hasta el final. Saturno. Empecé a pensar posibles desvíos que sé que iban a dejar trunca la experiencia. Cubiertos en un manto de “ya está” y de “y bueno” empecé a tratar de acelerar el paso, a buscar esquivar la gente metiéndome por calles internas, a acortar camino y la más fuerte fue pensar en irme así caracterizado a casa para mostrarle a los peques lo que había hecho papá. No! Seguí caminando a pesar de todo. Era increíble ver como todo el tiempo uno busca no ser impecable y banalizar momentos y pactos que corresponden a planos sagrados. Para mí, esta experiencia correspondía a esos planos.
Hasta la puerta sostuve todo, tomé la llave, entré y cuando cerré la puerta lo único que pude hacer es suspirar profundamente entregando todo a la tierra y al espacio. Ya en el pasillo, yo empecé a soltar lentamente a este viejo y la manera de sacarme los accesorios, el vestuario y el maquillaje fue la misma y en los mismos tiempos que al comienzo. No sentí apuro en hacer las cosas. Fue MUY fuerte todo. No sabía qué podía pasar. Solo sabía que confiaba profundamente en mí y en el trabajo, por eso pude entregarme por completo.
  1. Es fuerte decir esto pero en ese momento, como en gran parte del viaje de vuelta, sentía como el grillo podía vivir la experiencia como testigo y no como actor. Sucedían cosas que no manejaba. La sonrisa cuando apareció me llenó el alma.