martes, 6 de abril de 2021

Basado en...

 

Texto inspirado en la foto de @mar.mistura

El misterio de la avenida

Aquel antiguo chisme de verdulería que mutó en comentario de esquinas, es hoy casi una leyenda barrial.

Aquel letrero que dice mucho sin dar hacia ninguna vereda y que ya nadie recuerda quién lo puso en su lugar.

Es más, solo se mira de frente con aquella enamorada del muro que cubre medio patio de la abuela Leonor.

"El misterio de la avenida" se aventuraron a llamarlo esas vecinas pillas que lo relojean desde el balcón.

Y como toda vecina nueva, haciendo humo de la leyenda, estas pillas vendían su conocimiento al mejor postor.

Ellas decían saber qué era lo que escondía aquel cartel de letras blancas y fondo azul. "Av. Génova" enunciaba dando al patio de la Leonor.

Lo que nunca nadie imaginó, es que la enamorada del muro y la abuela tenían escondida la posta y gracias a la magia de las historias se las voy a contar hoy.

Cuando era joven la hermosa Leonor, la época sepia y rígida no le permitió vivir abiertamente sus impulsos de amor.

Con su amante escondida bajo la enredadera, enamoradas del muro enredaban su pasión.

Clandestinas, prohibidas, calientes y dignas de perdición, se amaron hasta que la vida de mierda las separó.

A los meses ese cartel, bajo la enredadera apareció y para sellar la clandestinidad, fue la propia Leonor la que lo colgó.

Las vecinas pillas, el rumor de verdulería y los chismes de balcón, miran el cartel y leen Av. Génova sin dirección.

Cuando en realidad significa, dicho por la propia abuela, "Acá Vivió Génova"... Que fue su primer y clandestino amor.



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