(29/08/20)
Un extraño regalo original que tenemos
los seres humanos es el hecho de no tener depredador natural. Al no tener esa
amenaza externa jamás desarrollamos el verdadero instinto de supervivencia colectivo
que haría que nos viéramos como una única raza y nos defendiéramos y cuidáramos
como tal. Pequeño inconveniente ¿no? Pero como somos una raza de todas maneras,
los instintos buscan manifestarse inevitablemente. Por eso desarrollamos
depredadores y depredados puertas adentro. De la única manera que aceptaríamos
unirnos es ante un ataque del más allá así que, hasta que algo así no suceda,
seguiremos aniquilándonos entre nosotros sin remedio. Al fin y al cabo, somos
más básicos y primitivos que el resto de las razas de que habitan el planeta.